Comarca Aljarafe de Sevilla






Algunos de los pueblos que la componen son  Olivares, Sanlúcar la Mayor, Santiponce, Umbrete, Valencina de la Concepción o Villanueva del Ariscal.

Los primeros asentamientos en la zona se remontan a la Edad del Cobre, como confirman los túmulos megalíticos de Valencina de la Concepción.

 Posteriormente, la cultura tartésica dejaría su legado en
El Carambolo, y la romana en la ciudad de Itálica, la primera en instalarse en la Península Ibérica.

Son numerosos también las haciendas, lagares, bodegas y alquerías, que extienden por caminos de viña y olivar, y que nos hablan de una tradición de siglos. Las grandes familias nobiliarias tuvieron aquí su residencia. Como muestra, algunos palacios, entre ellos la residencia del Conde Duque de Olivares, o el que vio los últimos días de Hernán Cortés, son otras de las joyas del patrimonio histórico-artístico y cultural de la comarca aljarafeña.

La comarca, hoy día, también destaca por su importante producción de aceite de oliva, y por sus preciados vinos y mostos de la tierra, afamados por su calidad, que se produce en bodegas que son auténticas joyas etnográficas. Además del Museo del Mosto de Umbrete que es visita obligada,  muchas de las bodegas son visitables a nivel turístico, entre las que destacan Bodegas Salado y Bodegas Góngora.

Esta cultura vinícola ha dado lugar a la profusión desde siempre de bodeguitas y ventas tradicionales donde se consume el vino directamente de las barricas, servido con la misma sencillez que se ha hecho siempre. Este patrimonio es digno de resaltar por tratarse de una de las señas de identidad de la comarca.
  


Se completa la oferta de atractivos turísticos con su gastronomía, basada en carnes a la brasa, arroces y guisos, mariscos y pescados, espléndidas aceitunas de mesa, etc. Una gastronomía reconocida por los sevillanos desde siempre, que se sirve en preciosas ventas y bodegas, donde aún se respira el olor que deja la pátina de los siglos.

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